jueves, 7 de octubre de 2010

Capítulo 10

Abby no soltó el brazo de Sienna hasta que entraron en el ascensor y las puertas se cerraron. Dean seguía mirándolas desde la lejanía. Cuando sus miradas se cruzaron, Dean le guiñó un ojo.
            - Hasta ahora no creía en el amor a primera vista, pero creo que me acabo de enamorar –suspiró Sienna, mientras notaba como todo el cuerpo le temblaba.
            Ya había bajado algunas plantas cuando miró en el ascensor y vio que estaban solas. Abby no sonreía.
            - ¿Qué pasa? ¿Dónde están tus amigas?
- Sienna, tienes que saber algo –la chica la miró con la vista clavada en los ojos claros de Sienna-. No puedes enamorarte de Dean. Es el único chico de la escuela en el que no puedes fijarte.
Sienna no supo cómo reaccionar. Todavía seguía en las nubes, con el corazón latiendo desbocado y un hormigueo en el estómago. En España había conocido a muchos chicos y había tenido sus historias, algunas de ellas muy bonitas, pero en sus casi diecisiete años de vida, jamás la habían impactado tanto unos labios.
- ¿Qué quieres decir? ¿Nos vamos de la fiesta por Dean? –mil emociones se mezclaban dentro de ella y no sabía cómo controlarlas todas. Nervios, ilusión, deslumbramiento, incertidumbre.
- Dean no es un chico cualquiera –comenzó a explicar Abby-. ¿Recuerdas que te aconsejé mantenerte alejada de Cindy, la hija de Bianca? Pues ahora te pido, te suplico, que no te acerque a Dean. Prométeme que lo harás.
La española estaba confundida.
- ¿Estás enamorada de él? ¿Ha sido tu novio y acabasteis mal? – a cada una de esas preguntas, Abby negaba con la cabeza-. Entonces, ¿por qué? ¡No puedes pedirme que me aleje de una persona a la que acabo de conocer sin darme motivos! Además, hasta hace unas horas tú y yo no nos conocíamos de nada tampoco y ya confío en ti. ¿Por qué no quieres que me acerque a él?
- Cindy es terrible, Sienna. A simple vista puede parecer un ángel, con sus acuosos ojos azules y su perfecta melena dorada. Tiene encandilados a todos los profesores del colegio y a cualquier persona que no la conozca. Es preciosa y con una educación excelente, pero cuando se trata de sus compañeros… todos somos escoria para ella. En el St. Patrick hay una clara jerarquía social y ella está en la punta del iceberg: si le caes bien, tienes abiertas las puertas del cielo, aunque si no le entras por el ojo… las tienes claras.
- ¿Qué tiene que ver Cindy con Dean, Abby? Ya me dijiste que Cindy no era agua clara, pero no veo el motivo por el que no pueda conocer a ese chico tan encantador.
- Son pareja –la respuesta fue escueta y directa-. Han estado saliendo juntos desde hace tres años. Sus familias celebran juntas las Navidades y otros eventos especiales. En clase se rumorea que Bianca ya les ha comprado una casa en los Hamptons para que vivan juntos al acabar los estudios. Son “la pareja” del St. Patrick, Sienna, y no me parece una buena idea que te des a conocer en el colegio coqueteando con él.
El mundo de Sienna se vino abajo en ese mismo instante.
- Cuando salí del cuarto de baño me encontré con unas chicas de clase muy majas y te estuvimos buscando por toda la fiesta para que las conocieras. Cuál no sería mi sorpresa cuando os vi hablando juntos y fui testigo de “la mirada”.
- ¿La mirada? –Sienna estaba completamente perdida. Oía las palabras pero no podía procesarlas. Demasiada información que no le gustaba para tan poco tiempo.
Mientras hablaban, habían salido del ascensor y se habían montado al coche. Las luces de la ciudad daban un aspecto más irreal a toda la situación.
- Sí, “la mirada”. Cindy y Dean han sido pareja desde siempre, pero eso no impide que su relación tenga muchos altibajos. Cindy cree que es el ombligo del mundo y que Dean no encontrará jamás a una chica mejor que ella, así que se preocupa más de controlar a su séquito que de cuidar su relación. Por su parte, esa libertad da alas a Dean, que ha tenido más de un escarceo en este tiempo que llevan juntos. Dean es un depredador. Lo conozco bien y lo he visto atacar varias veces. Cuando encuentra una chica que le atrae, utiliza “la mirada”, esa mirada de depredador hambriento acechando a su presa. No he visto nunca a una chica resistir “la mirada”.
 Sienna permanecía en silencio. Tenía tantas preguntas, tantas dudas, que no sabía por dónde comenzar. Su amiga siguió hablando:
- Mantente alejada de los problemas. Aléjate de ellos y serás feliz. Hazme caso, sé bien de lo que hablo.
Abby se calló y cogió la mano de su amiga para regalarle una caricia amistosa. Instantes después, el coche paró en una calle del SOHO y la chica bajó. Se despidió de Sienna desde la puerta con un “nos vemos el lunes en clase” y cruzó corriendo el umbral del edificio.
Gary condujo hasta el piso de Sienna y la dejó en el portal. La chica subió a su casa. Sin parar un segundo a pensar, se quitó los zapatos, dejó el vestido manchado sobre una silla y, tras ponerse el pijama, se acostó a dormir.

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