Mientras la
presidenta del equipo panhelénico bajaba del estrado e iniciaba su ronda de
saludos, el resto de representantes de las hermandades se mezcló entre la
multitud de jovencitas que, nerviosas, se mordían las uñas preguntándose si
conseguirían destacar entre las demás.
A los pocos
segundos, Abby, Yuri y Sienna estaban rodeadas. Parecía haberse corrido la
noticia de que la novia de Matthew Levine iba a participar en el proceso de
selección, puesto que numerosas chicas de diferentes hermandades con camisetas
de manga corta de todos los colores del arco iris querían hablar con ella. La
española, un poco aturdida por el repentino interés que había despertado su
presencia, intentó escabullirse del círculo de gente que se había formado a su
alrededor.
-¡Hola! –la
saludó una pelirroja bajita y regordeta con un suéter azul celeste.
-¡Hola! –otra
joven, de pelo castaño y corto a juego con su camisa marrón, subió la voz por
encima de la anterior muchacha en un intento de captar la atención de Sienna.
Abby y Yuri
sonrieron, divertidas por la situación, aunque también un poco avergonzadas.
-Creía que las
universitarias ya habían superado esa etapa de querer aparentar y ser vistas
con la más popular –murmuró la coreana a su compañera de habitación por lo bajini.
Las dos
soltaron una carcajada.
Sienna, por su
parte, mostraba un mayor agobio a cada instante que transcurría. Por fortuna,
su teléfono sonó de pronto y le dio una excusa para separarse del grupo de
chicas y buscar algo de intimidad.
Caminó a un
extremo menos transitado del claro al mismo tiempo que extraía el móvil de su
bolsillo para comprobar de quién era el mensaje que acababa de recibir. Para su
sorpresa, era de él. Al leer su nombre en la pantalla del teléfono, no fue
capaz de reprimir una sonrisa.
Hola, pequeña. Acabo de llegar a Miami para grabar un
programa de televisión infantil. Te echo de menos y me muero de ganas de
volverte a ver. ¿No puedes escaparte a Florida conmigo? Te quiero.
No le hizo
falta pensar demasiado para saber qué quería responderle. Sus dedos se
deslizaron a toda velocidad sobre el teclado, agotando los escasos caracteres
para conseguir decir todo lo que sentía y llevaba un tiempo guardando dentro.
Yo estoy apunto de ser atacada por miles de chicas que me
quieren en su hermandad por salir con el bombón con el que tengo una relación a
distancia. Te echo en falta cada hora, cada instante, cada segundo. Necesito
verte ya.
En cuanto
terminó de redactar el texto, lo envió y permaneció en el lugar donde se
encontraba esperando una respuesta que no llegó. Probablemente su chico le
escribía desde el camerino mientras terminaban de arreglarlo para la grabación
y ya lo habían llamado al plató. La vida del artista era así, incontrolable,
voluble, veloz. En tres ciudades el mismo día, conociendo a gente a la que
jamás había visto y a quienes debía tratar como a grandes amigos. Sienna se
había dado cuenta de lo complejo que era el mundo de la canción durante su
estancia en España, cuando lo acompañó al concierto que dio en Benidorm. Había
disfrutado mucho, por lo que cada vez que recordaba esos días sentía una
indescriptible emoción en el pecho, pero al mismo tiempo se había visto
arrollada por actos, eventos y presentaciones consecutivas que la habían
agobiado al principio hasta dejarla sin respiración.
Volvió la vista
hacia el grupito de chicas que se habían acercado a saludarla y que en ese
momento parloteaban alegremente con sus dos amigas. Suspiró, consciente de que
había llegado el momento de volver junto a ellas. Al menos la multitud se había
dispersado y muchas jóvenes se encontraban ocupadas intentando convencer a las
novatas para unirse a sus hermandades. Con un poco de suerte, las cosas irían
mejor.
Conforme
retomaba sus pasos, escuchó a Yuri reír a pleno pulmón, sin reprimirse. Charlaba
de forma distendida con una muchacha de piel clara y sonrisa abrumadora de tan
natural y grande como resultaba. A su lado, Abby contemplaba a las dos chicas,
un poco cohibida aunque sin dejar de sonreír. Y es que, por más que quisiera
quemar una etapa y comenzar una nueva vida en la costa oeste, seguía siendo la
misma Abby de siempre, tímida, dulce y comedida.
-Mira, aquí
viene nuestra amiga –señaló la coreana con el dedo.
La desconocida
giró sobre sí misma y su melena dorada de mechas californianas ondeó en el
viento como un abanico de rayos de sol.
-Hola –dijo
Sienna, fijándose detenidamente en ella: ojos almendrados color miel, labios
sonrosados y un maquillaje muy discreto para pulir algunas imperfecciones sin
importancia.
La joven, sin
embargo, no perdió el tiempo en analizarla por varios motivos muy claros. En
primer lugar, no quería asustar a la chica actuando como un animal carroñero
igual que el resto de representantes de las hermandades. Además, sabía que
debía atrapar la atención de Sienna desde el primer instante y quemar todos sus
cartuchos antes de que cualquiera otra le saltara encima y consiguiera
llevársela de su lado. Todo eso sin contar, por supuesto, que no tenía nada que
observar: había estado vigilándola desde lejos y sabía perfectamente cómo era y
qué podía conseguir teniéndola a su lado.
Por ello, en
cuanto la tuvo cerca, dio un paso al frente y aprovechó el momento.
-Hola, soy
Sophia, la presidenta de Alfa Delta Pi.
La calma y
firmeza de aquella voz contagió a la española, que no dudó en responder sin
preocuparse por nada más.
-Yo Sienna. Soy
amiga de Yuri y Abby.
-Encantada de
conocerte –formuló Sophia al mismo tiempo que se aproximaba a Sienna y en un
gesto inesperado le daba dos besos en la mejilla.
La cercanía que
le transmitieron esos dos besos fue otro punto a favor. La presidenta supo que
no se había equivocado al romper con el protocolo y dirigirse a su futura
candidata a la española en cuanto la vio sonreír.
-Sophia nos
estaba hablando de Alfa Delta Pi –explicó Yuri, muy sonriente también-. Ya
sabes que mi madre formó parte de esa hermandad…
Sienna asintió
con un movimiento de cabeza.
-Les estaba
contando algunas de las grandes historias de nuestra asociación, muchas de las
cuales vienen de tiempo atrás y que probablemente su madre no le contara. Hay
cosas que solo pueden descubrirse cuando se es Alfa, aunque siendo legado…
podríamos decir que Yuri está prácticamente dentro –conforme terminó de hablar,
la rubia les guiñó un ojo.
Abby fue a
abrir la boca para intervenir y darse más a conocer, pero algo la interrumpió.
De pronto, tras la elegante presidenta de la hermandad, apareció otra muchacha
de cabellos morenos y ondulados con las planchas, tiempo libre y mucho esmero.
-¡Sophia, estás
aquí! –exclamó, abrazando a la otra chica por la cintura-. ¡Te he estado
buscando por todas partes!
Nada más verla,
las tres candidatas supieron que era una compañera de hermandad, puesto que
ambas lucían sendas camisetas rosas.
-¿Qué pasa?
–preguntó la rubia-. ¿Hay algún problema?
-No, para nada.
Solo quería presentarte a un par de chicas que acabo de conocer y que creo que
encajarían a la perfección en Alfa Delta Pi. Son buenas estudiantes, divertidas
y elegantes sin perder ese toque fresco y desenfadado que tanto nos
caracteriza. Ya verás, serán geniales –mientras hablaba apenas prestó atención
a las otras tres chicas, pero en cuanto terminó la última frase, volvió la
mirada hacia ellas y sonrió-. ¡Vaya! No me había dado cuenta de que estabas
hablando con alguien. Perdonad que os haya interrumpido.
-Bueno, aquí
tenéis a la parte más importante de nuestra hermandad, mi alocadísima e
infatigable educadora de novatas. Mi mejor amiga, Brooke Jaeger.
Abby, Sienna y
Yuri sonrieron a la nueva participante en la conversación.
-¡Un placer
conoceros, chicas! –gritó, con los ojos brillantes de emoción-. ¿Estáis
valorando uniros a nosotras?
Su compañera la
interrumpió.
-La madre de
Yuri fue una Alfa –apuntó Sophia antes de que ninguna de las tres chicas
tuviera tiempo de hablar.
-Siempre he
sabido que quería formar parte de vuestra hermandad –dijo la coreana, en tono
muy convincente-. Por eso me ha hecho tanta ilusión que la primera en hablarme
fuera ni más ni menos que su presidenta. Estoy segura de que ha sido el
destino.
Todas se
rieron. En aquel ambiente distendido, Abby encontró la oportunidad de hacerse
escuchar.
-Yo no soy
legado, aunque me encantaría serlo para poder tener más oportunidades de
resultar elegida para formar parte de Alfa Delta Pi. He leído los folletos de
información de todas las hermandades y desde que leí el apartado en que se
hablaba de la vuestra, supe que mi lugar estaba aquí. Ser una Alfa es mi mayor
ilusión en este momento.
Sophia y Brooke
sonrieron, emocionadas por la emoción que desprendían aquellas palabras. Sin
embargo, al mismo tiempo a ambas les cruzó la mente el mismo pensamiento:
tenían un número limitado de candidatas a escoger y había muchas chicas que les
interesaban más que aquella muchacha de ojos castaños y semblante tranquilo.
Coger a Yuri era una obligación, a Sienna un reto. En cambio a ella… deberían
pensárselo mucho.
-¿Y tú, Sienna?
–preguntó la presidenta, con un especial interés en la respuesta a esa
propuesta indirecta-. ¿A ti no te gustaría unirte a nuestra hermandad?
La española
permaneció unos instantes en silencio, reflexionando la contestación más
adecuada a aquella pregunta. A su izquierda, su mejor amiga la observaba con
ojos expectantes, casi suplicándole que no metiera la pata y la privara de la
posibilidad de cumplir su sueño.
-Sí, me
gustaría. Quiero vivir la experiencia.
Al escuchar las
palabras de Sienna, las dos representantes de la hermandad sonrieron de oreja a
oreja, eufóricas. La tenían en el bote. Las miradas que se intercambiaron no le
pasaron desapercibidas, por lo que se apresuró a mirar a Abby y añadir:
-Me haría
ilusión ser una Alfa por muchos motivos, pero el primero y más importante, para
vivir esta experiencia contigo.
Abby sonrió
agradecida y, con los ojos empapados en lágrimas por el cariñoso gesto de su
amiga, la abrazó con ternura bajo la atenta mirada de las otras tres chicas.
Me he leido los 2 capitulos q has subido. El 13 no me gusta mucho, la parte de Dean es un poco aburrida. La de Sienna me ha encantado, me ha gustado ver los mensajitos q se han mandado los novios; tambien lo de las Fraternidades es genial. Espero q la 3 esten en la misma fraternidad.
ResponderEliminarP.D.: Quiero los capitulos de Paris todos juntos
Siento mucho que no te gusten los capítulos de Dean, pero las tres partes (París, Nueva York y San Diego) son igual de importantes para el final y seguiré contándolas como hasta ahora. ¡Además, que no todo puede ser amor! :P
ResponderEliminar¡Me encanta! Mis favoritos creo que son los capítulos de Parías jaja Cindy y Lucas me encantan ^^
ResponderEliminarCreo que estas haciendo un trabajo estupendo. En mi opinión la parte de Dean no es aburrida, al contrario, le da otro enfoque al libro, no es todo el rato parejitas y eso.
ResponderEliminarEnhorabuena por el libro.
Cuando subes capítulos nuevos?
ResponderEliminarPD. Me encanta el libro!!!
Subo capítulo los domingos. El pasado no lo hice porque subí dos capítulos de forma extraordinaria el viernes, pero el resto de semanas es un capítulo cada domingo ;)
EliminarMuchas gracias por leerlo