domingo, 1 de abril de 2012

Más allá del mar - Capítulo 8

-¿Hola? –susurró una vocecilla apagada que Sienna apenas escuchó; hasta el segundo saludo, no se volvió hacia la puerta a ver de quién se trataba.
En el umbral de la entrada, con la mano apretada con fuerza en el tirador de una maleta oscura, una chica de aspecto serio y tranquilo la contemplaba fijamente sin atreverse a entrar.
-¡Vaya! ¡Hola! No te había oído llegar –exclamó Sienna, aún más nerviosa que antes.
La joven esbozó una discreta sonrisa y dio un paso al frente antes de quedarse quieta de nuevo.
-¿Puedes con todo? –preguntó la española, bastante cortada por el silencio de la desconocida.
-Sí –el monosílabo fue su única respuesta.
-Pasa entonces, ¿no? –se esforzó por continuar hablando pese a no saber muy bien qué decir.
La chica la miró con desconfianza. Unos segundos después, cuando pareció haberla evaluado y la hubo observado de arriba abajo hasta comprobar que Sienna no suponía ningún peligro, introdujo en su totalidad la maleta dentro del cuarto y cerró la puerta tras ella.
-Bueno, parece que vamos a ser compañeras de cuarto este curso –comentó Sienna, remarcando lo evidente para romper el hielo.
Se sintió estúpida al decir esa frase, pero no se le ocurría mucho más para iniciar una conversación con la chica que dormiría a su lado durante los siguientes nueve meses.
-Soy Sienna –añadió al mismo tiempo que tendía el brazo en el aire a la espera de que la otra muchacha le diera la mano.
-Yo Cassie –la chica, de melena pelirroja y rizada, la miró con sus enormes ojos castaños y volvió a sonreír, más relajada esta vez-. Soy de aquí al lado, de California. ¿Y tú? ¿De dónde vienes?
-Vivo en Nueva York, pero soy española de ascendencia americana.
-Vamos, que eres de todas partes y de ninguna, ¿no?
Sienna soltó una carcajada. Respiró aliviada. Por un momento había temido que su compañera de cuarto fuera una engreída, una rancia o quién sabe qué otra cosa terrible más. Sin embargo, oírla bromear la hizo comprobar que solo estaba tan nerviosa como ella.
Charlaron un rato mientras Cassie vaciaba su equipaje y colocaba distintas prendas de ropa en las perchas que colgaban desnudas en el armario.
Apenas habían terminado de organizarlo todo cuando oyeron a alguien tocar a la puerta.
Nada más abrir, la española vio a su mejor amiga apoyada en la puerta de la habitación de enfrente parloteando con otra chica.
Abby llevaba el pelo mojado y suelto sobre los hombros. Se había cambiado de ropa y en ese momento lucía un gracioso vestido vaquero, una finita diadema oscura y unas sandalias negras.
-¡Hola! –gritó esta, entusiasmada; se moría de ganas de presentar a las dos muchachas.
No le dio tiempo a decir nada más, puesto que la coreana dio un salto al frente en cuanto vio a Sienna al otro lado de la puerta. Con la boca abierta de par en par y los ojos como platos, le colocó las manos sobre los hombros y la tocó como si quisiera comprobar que era real.
-¡Oh, dios mío! –pronunció las tres palabras despacio, marcando con fuerza cada sílaba-. ¡Eres Sienna Davis! ¡Madre mía, no me lo puedo creer! ¡Sienna Davis!
A escasa distancia de ellas, Cassie había dejado de emparejar su lado del dormitorio y se había quedado observando con curiosidad la escena.
-Eh… sí, soy Sienna. ¿Y tú eres? –la efusividad de la desconocida la sorprendió.
Abby intervino rápidamente, con una enorme sonrisa en los labios.
-Sienna, esta es Yuri, mi compañera de habitación –se giró hacia la asiática y continuó con la presentación-. Yuri, mi mejor amiga, Sienna.
La española volvió a repetir el gesto de estrechar la mano. La otra joven, sin embargo, no reaccionó. Se limitó simplemente a seguir balbuceando. Entre palabras entrecortadas y emocionadas, las demás pudieron saber al fin a qué se debía aquel alboroto.
-¡Dios, dios, dios! ¡Sienna Davis! Madre mía, cuando se lo diga a mis amigas del instituto van a alucinar. En el mismo pasillo de mi residencia, Sienna Davis, la novia de Matthew Levine. ¡Esto es increíble!
En el interior de la habitación, todas escucharon a Cassie resoplar, pero ninguna se giró a ver qué le pasaba. Abby estaba demasiado ocupada en pedir disculpas en silencio a su amiga y Sienna intentaba tranquilizar a Yuri y hacerla callar antes de que el resto de chicas de la planta descubrieran quién era.
Se había acostumbrado a las preguntas insistentes de las adolescentes desconocidas que la paraban por la calle para obtener información de Matthew, igual que había aprendido a vivir con mil fotógrafos pegados a sus pies pendientes de cazarla en una situación comprometida tanto con el cantante como sin él, pero lo cierto es que estaba bastante cansada y harta.
Uno de los motivos por lo que había escogido la universidad de San Diego para comenzar sus estudios superiores fue por la distancia de Nueva York, sus millones de turistas y sus paparazzi. En la otra punta del país, lejos de las agencias de fotografía de siempre y de los estudios de televisión, lejos de Matthew, había creído que la dejarían en paz. Desafortunadamente, como la coreana acababa de demostrarle, por más kilómetros que pusiera de por medio, en cualquier parte de los Estados Unidos seguirían reconociéndola y seguirían yendo tras ella. No tenía escapatoria.
-¿Cómo es que estás aquí y no con Matthew de gira? Si yo fuera tú no lo dejaría solo ni a sol ni a sombra. ¿Tú sabes la de tías locas que darían cualquier cosa por salir con él? Créeme, hay mucha loca que haría lo imposible por robártelo. ¿O es que acaso no estáis juntos?
Desde que se habían estrechado las manos, Yuri no había parado de hablar. Si un rato antes había querido saberlo todo sobre Abby sin apenas conocerla, en ese momento, cuando tenía delante a una de las chicas más envidiadas del país, ansiaba saber mucho más. Consciente de que sería difícil frenarla, Abby la empujó en el interior de la habitación de su amiga y cerró la puerta.
-Déjala un poco, Yuri, que la vas a asustar –bromeó.
Su nueva compañera le hizo caso y se calló antes de volver a tomar la palabra.
-Perdonadme las dos, de verdad. No me esperaba esto para nada y me ha hecho mucha ilusión encontrarme contigo de repente –explicó mirando fijamente a Sienna-. Me encantan las canciones de tu novio y he leído tanto sobre vosotros dos que cuando te he visto he sentido como si nos conociéramos de toda la vida.
Tras decir esas palabras, permaneció en silencio. Por fin, Sienna volvió a sonreír.
-No te preocupes, yo también siento como si nos conociéramos de siempre –señaló.
¿Cómo no tener esa sensación después de haberla escuchado pronunciar más de mil palabras en menos de un minuto? Y, a pesar de todo, pese a su locura repentina, a su cháchara descontrolada y su evidente fanatismo, aquella chica no le caía nada mal.
-¡No sabes cuánto me alegro de escuchar eso! –exclamó Abby, más aliviada tras ver que su mejor amiga no la odiaba por haber provocado aquel extraño encuentro en el medio de la residencia de estudiantes-. Por cierto, ¿no nos presentas a tu compañera de cuarto?
Apuntó con la barbilla hacia Cassie, que de espaldas a ellas disponía un portátil plateado sobre el escritorio.
-Sí, claro –dijo Sienna-. Esta es Cassie, de California.
Yuri se abalanzó sobre ella a abrazarla.
-¡Encantada de conocerte, Cassie!
La otra chica, tensa, se limitó a darle un par de palmaditas en la espalda.
Abby, contenta, se acercó también a saludar a la californiana.
-Yo soy Abby.
-Un placer –respondió la pelirroja.
Sin percatarse de la tirantez visible en el rostro de su nueva compañera, Sienna sonrió.
-¿Sabéis una cosa? –habló Yuri.
Las tres la miraron con curiosidad.
-Algo me dice que este año juntas va a ser inolvidable.

3 comentarios:

  1. Me encantaaa !! Pero si me dejas decirlo, me gustaria que los capitulos fueran un poco mas largos(en realidad me gustaria que fueran interminables porque no me canso de leer Mas Alla del Mar, pero como no es posible jaja) Sigue escribiendo asi Lucia, porque seguro que te publicaran este libro tambien, un beso.

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  2. ¡Genial! *_* ¡Qué guay que la reconocieran por ser la novia de Matthew! ^^ Jo,se le echa de menos, teniendo en cuenta que era mi personaje favorito por excelencia jajajaja. Espero que subas pronto :3
    ¡Un beso!

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  3. jajajaj pero que loca está Yuri! :)
    Muy buen capítulo, como siempre, estoy impaciente por saber qué les pasará a estas cuatro chicas, aunque también quiero tener noticias de Cindy desde París ;)

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